Néstor Soria
Tucumán - Argentina
Son muchos los bautismos arribeños(*) que han sido toqueteados
por los curas de la conquista y la colonia. Así es como, luego de más de 500
años, nos parezca natural el llamarnos: Soria como yo, Hernández, López,
González y… la lista es larga.
Pero hay apellidos arribeños que perduran y de entre
ellos traigo uno: Guitián, sí, Guitián que suena tan musical a mi
pronunciación.
El “Juancho” Guitián que nombro en la zamba que compuse
con Raúl Carnota y se titula: “Luna de Guitián”, es un descendiente de esos
pueblos (allá arriba se viene de todo un pueblo, no de una familia).
El “Juancho”, fallecido en 2009, era un hombre tan simple
como un arroyo. Estaba hecho al trabajo injusto de carpir la tierra propia,
pero ajena por unos papeles fraudulentos. Ya ni le permitían habitar su palmo y
tuvo que armar un rancho en predio fiscal. Quizás de ahí le nacía esa necesidad que lo empujaba a beber,
en abundancia, un etílico barato, vino pisa’o a puro talón, fermentado al
rocío. Uno tras otro esos tragos, mezclados al desasosiego que le causaba su
suerte, lo mantenían en un sopor donde la razón, tal como la entendemos casi
todos, se enajena.
Recuerdo haberlo escuchado vociferar fieramente más de
una vez.
Desde “La Calladita”, casa donde vivo en Raco, su
vivienda no era muy visible; pero confundido entre el tronar de música
bailantera se alzaban sus gritos que llegaban a mis orejas, sentenciosos,
amenazantes, a veces atrevidos. Nunca dijo contra quién o quiénes era su despotrique.
Hoy, luego de haber casi convivido con el “Juancho” más
de 10 años, sé que en aquella gleba donde hundía su pala, en cada terrón húmedo
de savia, el rezumo de sus choznos, bisabuelos y padres, se destapaba como un
llanto innoble, y él, retorcida la mente por el alcohol, se negaba a mirarlo,
era como si se escapara de tan infame realidad.
¡Descansa en paz, amigo, vecino. Tu grito, mientras yo
viva, tendrá su justificación y saldré a prolongarlo, aunque sea cantándote!
(*)
Arribeño: Habitante de los pueblos cerreños, de arriba.
RAÚL CARNOTA CANTA LUNA DE GUITIÁN
RAÚL CARNOTA CANTA LUNA DE GUITIÁN
Luna de Guitián
L: Néstor Soria - M: Raúl Carnota
Por Raco brota la miel
que se trepa a la fruta del Tala,
pecha el verano en bajada
la promesa turbia de algún temporal
y anda la Luna raqueña
velando al que sueña su pan vegetal.
Sola comienza a romper
la morena semilla del arcaj,
hurga Guitián con la pala
los mendrugos sucios del poco jornal,
doblado en fundos ajenos
queriendo ser dueño de hacienda y maizal.
Ay qué capricho
Guitián,
reclamar esta tierra que es tuya,
donde una siesta de lluvia
escondiste abuelos bajo el pedregal
y que La Pacha y la luna
sus savias rezuman del viejo antigal.
Hueco alarido te vas
cuando el vino se endiabla en tu pecho,
meta putiar tus reniegos,
la boca patalcka y hediondo de alcohol,
hecho intención de vidala
quejido que sala
tu lamentación.
Urde este 'Juancho' Guitián
una amarga labor que le achuza los brazos,
le minga tiempo al descanso
hasta que se apaga cual seco candil,
cuando tirao entre trapos
la luna de Raco lo pajcha a dormir.
Néstor Soria con niños de Raco, en La Calladita, año 2009.
Increíble, fantástico, maestro y amigo, uno se enamora de las palabras que componen los versos. EL amor con que son tratadas, las sube a la altura que merece hombre y su lucha. Gracias. Gustavo Guaraz
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